¿Qué Químicos Contiene el Agua Potable en Panamá y cómo Filtrarlos?

¿Qué Químicos Contiene el Agua Potable en Panamá y cómo Filtrarlos?

Los seres humanos estamos acostumbrados a que, tanto para beber como para lavarnos las manos o para darnos una ducha, solamente es necesario abrir el grifo y el agua saldrá ya lista para su uso. No obstante, para que esto pase y para que el agua que por allí sale no implique consecuencias negativas para la salud, es necesario llevar a cabo un proceso de potabilización y limpieza del agua. Es este proceso el que despierta dudas respecto de los químicos que están presentes en el agua potable y sus consecuencias sobre la salud.


Los químicos de agua potable son algo extendido a nivel mundial debido a que cumplen el rol de hacer que el agua al que se accede a través de los distintos sistemas de obtención sea potabilizable y pueda ser apta para el consumo humano sin consecuencias negativas. No obstante, lo cierto es que el exceso en estos químicos sí puede generar malestar y tener diversos impactos en el cuerpo humano. 


Por eso, a continuación vamos a contarte acerca de cuáles son los químicos del agua en Panamá y en el mundo en general, sus consecuencias y cómo prevenirlas para mantener tu bienestar y el de toda tu familia, en especial el de los niños y las personas mayores, puesto que este sector de la población es el más afectado por usar agua con químicos dañinos.  

¿Cómo es la potabilización del agua que llega a las viviendas?

Al igual que sucede en el punto mencionado con anterioridad, la forma en que se aborde el proceso de limpieza y desinfección con químicos del agua potable es algo que va a depender de cada país en particular. Aunque los químicos del agua en Panamá y en otros países tienden a ser similares, es posible que se den ciertas modificaciones en el proceso para generar el recurso. No obstante, en líneas generales, el agua se potabiliza de la siguiente manera.

  1. Sedimentación 

A través de un proceso de coagulación y floculación, lo que se hace es forzar la sedimentación en los casos en que esta no se esté realizando. Por lo general, se añaden sustancias como los polielectrolitos o el sulfato de alúmina, que permiten que las partículas con la misma carga eléctrica se desestabilicen, provocando que coagulen y que formen flóculos capaces de sedimentar.

  1. Decantación

El siguiente paso suele ser la decantación. Lo que este hace es separar las partículas en suspensión que el agua transporta a través de la gravedad. De ese modo, se logra un flujo de agua que tenga la menor turbulencia posible. Al estabilizar el agua de esa manera, el resultado es que las partículas más densas decantan y acaban sedimentando en el fondo. En el caso de las partículas con una menor densidad, estas no sedimentan sino que flotan, por lo que son eliminadas de la superficie. 

  1. Filtración 

Una vez que se han llevado a cabo los pasos mencionados con anterioridad, se procede con la filtración. Se pasa el agua por medios porosos, lo que permite que las partículas sólidas en suspensión puedan quedar retenidas. Es algo que se hace para eliminar todas las partículas sólidas, aunque es cierto que no es capaz de eliminar elementos disueltos, como pueden ser los químicos. 

  1. Desinfección 

El paso de la desinfección es indispensable y se trata de eliminar los organismos patógenos. Es lo que permite eliminar los microorganismos presentes en el agua que pueden generar muchas enfermedades en los seres humanos. En lo que respecta a la forma en que se realiza, existen distintos métodos físicos y químicos que se pueden emplear, aunque la cloración es el más extendido y que se aplica en muchos países a lo largo del mundo entero. 

Químicos de agua potable: ¿es dañino el cloro?

De acuerdo a lo que hemos visto previamente, sabemos que el cloro es uno de los componentes químicos más comunes en los procesos de limpieza y desinfección del agua potable. Esto suele generar muchas dudas respecto a las consecuencias que puede tener en la salud de las personas el contacto permanente con esta sustancia.


La Organización Mundial de la Salud (OMS), ha establecido un valor de referencia que es de 5 mg/L, que indica que, a esa concentración o un valor menor, no se observan demasiados efectos adversos en seres humanos ni en animales. No obstante, sí hay un problema con el uso de cloro en la potabilización, que tiene que ver con la formación de subproductos como son los trihalometanos los cuales se consideran cancerígenos. Estos se forman en el agua de consumo como consecuencia de la cloración de la materia orgánica que está presente en los sistemas de abastecimiento de agua bruta. 


Cabe destacar en este punto la Resolución AN No. 1480 de la Autoridad Nacional de los Servicios Públicos que, en su artículo 4.4 explica que:


“El agua potable para uso y consumo humano transportada y distribuida por este medio, al ser entregada al consumidor debe contener una concentración de cloro residual total mínima de 0.8 mg/l y máxima de 1.5 mg/l. Para ello, el responsable de la cisterna verificará en el sitio de entrega el cloro residual correspondiente a cada viaje completo antes de iniciar dicha entrega. En caso de no cumplir con el valor mínimo, el responsable de la cisterna debe agregar el volumen de cloro activo necesario, media hora antes de distribuir el agua, con el fin de cumplir con lo indicado en esta disposición”. 

 

Además, el artículo 5.1 añade:


“La determinación de cloro residual total en el agua debe efectuarse con equipos de campo por métodos colorimétricos o de comparación visual que utilicen como indicador N,N-dietil-p-difenildiamina (DPD ferrosa) u ortotolidina”. 

 

Por eso, para evitar las consecuencias negativas que el cloro puede tener en la salud y el bienestar de las personas, es importante acudir a los métodos de filtrado que están hoy disponibles. Estos son de utilidad para eliminar el cloro en la ducha posteriormente a la apertura del grifo, sin eliminarlo de la red de agua pero evitando que llegue a tener contacto con la piel de las personas. 

¿Qué otros químicos hay en el agua en Panamá?

De acuerdo al Ministerio de Comercio e Industrias de Panamá, existen diversos químicos y componentes, además del cloro, que se incorporan al agua para su tratamiento potabilizador y para hacer que esta sea apta para el consumo y el uso humano en las viviendas.  


Algunos de los componentes que se han encontrado en estudios en el agua potable en Panamá, dentro de los límites permitidos, son los siguientes: alcalinidad, aluminio, antimonio, arsénico, bario, cadmio, cianuro, cloro residual, cloruro, cobre, cromo, fluoruro, hierro, manganeso, mercurio, molibdeno, níquel, nitrato, nitrito, plata, plomo, selenio, sodio, sulfato y zinc. 


En relación con estos químicos y dentro de los requisitos que debe cumplir cada cisterna de agua potable, el 5.2.4 indica la necesidad de contar con una copia del informe de laboratorio que acredite los resultados de los análisis realizados para Benceno, Etilbenceno, Tolueno y Xilenos. Ello, junto con el reporte de los resultados de las determinaciones de cloro residual libre por zona de distribución. 

El flúor en el agua 

En el caso del flúor, es otro de los componentes más frecuentes en el agua potable en Panamá y tiene distintas consecuencias negativas para la salud. Se trata de un elemento químico de número atómico 9 y perteneciente al grupo de los halógenos. Por eso, es un gas. Se encuentra en la naturaleza como fluoruro y se añade al agua hasta alcanzar una concentración de 0,7 ppm (partes por millón), que es la concentración que se recomienda para prevenir las caries. 


A pesar de ese uso, el flúor tiene distintas consecuencias negativas en su exposición a través del uso cotidiano de la ducha. Uno de los más reconocidos es su efecto sobre los huesos, siendo la principal causa en la incidencia de fluorosis esquelético endémica y aumentando el riesgo de sufrir fracturas óseas. Además, trae consigo distintos problemas en las articulaciones, a la vez que puede ocasionar presión arterial alta, problemas cardiovasculares y problemas neurológicos. 


Por otra parte, diversos estudios dan cuenta de efectos del flúor en el agua en la piel y en el cabello. Según información de la Academia Internacional de Toxicología y Medicina Oral, la difusión del flúor en la piel comienza en el primer minuto de contacto con la superficie de la epidermis, llegando pocos minutos después a la capa basal. La epidermis se destruye y las lesiones aparecen en la dermis papilar, con daños posteriores en la dermis reticular superior. 


Además de las reacciones alérgicas en la piel, se destacan los efectos sobre el cabello. Investigaciones dan cuenta de que el contacto a través de la ducha puede aumentar la caída del cabello, como así también su opacidad y su sequedad. 

Conclusión 

Por todo lo anterior, si estás buscando incorporar buenos filtros de agua para la ducha en tu vivienda, Sanaté está aquí para ayudarte. Somos una empresa experta en el desarrollo de filtros para ducha que tienen como objetivo filtrar el agua mediante un proceso minucioso para que en cada baño, puedas refrescarte con agua limpia y saludable que no afecte tu estado de salud o el de tu familia. 


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